Santo Domingo, Rep. Dominicana.- No podemos pedirles a los millennials tirarse huevos, harina, almidón o agua perfumada en las calles en este día de San Andrés. No interiorizan las tradiciones que cada 30 de noviembre llenaban de vida las calles y campos dominicanos en otras épocas.

Fue una tradición que vino con los españoles y su forma de vivir el cristianismo integrando al discípulo de Jesús a la vida cotidiana con detalles festivos peculiares pues así lo hacían y aún lo hacen en en varios pueblos de España. La aristocracia de la Colonia preparaba colonias con flores en agua y alcohol. Llenaba cascarones de huevos con esa fragancia y los lanzaban en las fiestas. Los pobres llevaron a San Andrés a bromas pesadas lanzando en las calles agua hedionda, harina, huevos podridos y almidón. Y así se hacía en el país hasta hace unos años.

La generación X, que procreó a los millennials, no pudo transmitir esas tradiciones. Estos, nacidos a partir de los 60 y hasta primeros años de los 90, están hoy cómodos, adaptados. Vieron nacer el Internet de las cosas que transformó sus vidas y disfrutan de sus comodidades que elevan su calidad de vida. Se les escapan disimuladamente las tradiciones en que forjaron su niñez y su adolescencia en sus comunidades y pueblos. Ni trompos ni plaquitas, ni San Andrés al salir noviembre, ni mañanitas al correr diciembre.

Mientras, los Baby Boomers de los 30, 40 y 50,  padres de la Generación X, se llevan con ellos a las tumbas sus tradiciones tal y como perdieron de sus padres y abuelos la mangulina, la mazurca, el carabiné y el baile de la cinta. Los saltos tecnológicos y culturales en que subieron sus hijos fueron tan profundos que hasta a las iglesias les ha sido difícil mantener sus tradiciones.

Habría que imaginarse las bromas de San Andrés en la vida virtual cotidiana de los millennials
Baile de la Cinta. Foto Centro León.
Baile de la Cinta fue la tradición de los baby boomers. Foto Centro León.

 

De ahí que ha de entenderse como se diluyen en la neblina de los tiempos los orígenes de las fiestas de Andrés entre las nuevas generaciones. Unos están atrapados en el sin sentido entre la magia de la tecnología que le permite a un analfabeto saltar a la fama desde un dembow con el apoyo del marketing estratégico del narco y los alcoholes.

Otros escépticos de la fe por dogma están muy ocupados descubriendo como vivir el futuro, que es su presente en el infinito mundo virtual del Internet en el que prefieren el K-pop surcoreano y se deleitan analizando las promesas una red de información cuántica híbrida en una nube de átomos fríos, cristales alterados y nodos cuánticos.

Ayyy San Andrés!!! si hubieras traspasado el devenir de esta cultura como lo hicieron «las frías» siendo parte de los valores pos modernos y del culto a la tecnología, te veríamos hoy en miles de «memes» por doquier y virales videos breves  de las mil y una bromas jugadas en las calles a la gente en esta tu fiesta del 30 de noviembre.