Al acercarse la media noche de hoy y asomar el viernes 20 daremos la bienvenida a la primavera en el hemisferio Norte. Con ella los anhelados días más largos y soleados que, al tomarlo en playas, parques y montañas, activarán la vitamina D de su piel despertando las herramientas más poderosas y naturales del sistema inmunológico.
Es un juego de situaciones, que como la alegría de las aves al ver la naturaleza florecer, siembra esperanza en la comunidad científica que procura descubrir si la expansión rabiosa del Covid-19 cederá al subir las temperaturas en los países en donde más ha atacado el virus.
Equinoccio de primavera

Los equinoccios son esos días en el que sobre los dos puntos de la órbita solar terrestre el sol incide de manera perpendicular sobre el ecuador. Esto genera el día y la noche casi de una misma duración que marcan la llegada de la primavera y del otoño. A diferencia de los solsticios de verano y de invierno en que los dos puntos del eje de la tierra están en su inclinación máxima respecto al sol generando el día y la noche más largos del año.
En la historia de las culturas la primavera se le vincula a la resurrección de la vida en todas las expresiones de la naturaleza entre el congelamiento del invierno y el terrible calor del verano. De ahí la lucha mitológica de Osiris y Set o su relación con la Cuaresma como preparación de la Pascua de Resurrección para celebrar la renovación de la tierra y del Dios mismo.
La primavera, el Sol, vitamina D contra los virus y bacterias
La primavera nos traerá un aumento de las temperaturas con días más largos y soleados. Brotarán las flores y la fauna se activará llegando aves de lugares fríos y aguas más cálidas a nuestras playas.
Muchos en el mundo abrigan la esperanza de que la llegada de la primavera al hemisferio Norte y el aumento de las temperaturas influyan en la disminución de la propagación de la actual pandemia. La verdad es que del actual coronavirus Covid-19 aún se sabe poco y por lo tanto no son científicas las premoniciones.
La primavera abre el entusiasmo a las vacaciones y con sus días largos y soleados la gente sale al aire libre, corre hacia las playas, a plazas y parques. Está más que documentado que la exposición al sol aumenta los niveles de vitamina D y la gente activa, sin saberlo, las herramientas más fuertes de su sistema inmunológico contra virus y bacterias. La literatura en la materia es inmensa. La revista cubana Cielo, especializada en Hematología, Inmunología y Hemoterapia, comparte, por ejemplo, los hallazgos científicos sobre la Vitamina D3 y su papel relevante en la modulación de la respuesta inmune del organismo humano ante virus, bacterias y otros ataques a la salud.
Si bien en medio de la cuarentena para controlar la propagación del coronavirus que doblega al mundo en estos momentos, recuerde que República Dominicana tiene las mejores playas del Caribe en 1,600 kilómetros de costas arenosas de fácil acceso. Al igual tiene varios destinos de montañas para alejarse del bullicio y la contaminación. Parques y plazas, el Jardín Botánico, el acuario, el Zoológico servirán para solearse cuando pase el aislamiento domiciliario, pero mientras tanto, desde mañana aproveche los días largos soleados para exponer su piel al sol y reactivar sus células asesinas contra virus y bacterias que de algo servirán si se le aparece el covid-19.