Santo Domingo, RD.- Como parte de las inicativas para fomentar políticas públicas que preserven los elementos distintivos de nuestra identidad y patrimonio cultural,  el Congreso Nacional declaró el 22 de noviembre de cada año  “Día Nacional del Larimar”, en honor a la única piedra  originaria  del país.

Y es que, a través de la Ley 17-18, se establece que los Ministerios de Cultura, Turismo, Energía y Minas, así como el de Medio Ambiente y Recursos Naturales, asignarán parte de su presupuesto para realizar actividades donde se promueva  nacional e internacionalmente el Larimar como la  piedra que identifica al país.

El motivo de la citada fecha aprobada en la nueva  reglamentación se debe al descubrimiento de la nombrada piedra semipreciosa que debe su nombre a la combinación del nombre Larissa y mar, (Larimar) en Barahona por el sacerdote Miguel Domingo Fuertes en el año 1916.

A través de aludida ley, los mencionados Ministerios tendrán a su cargo las actividades para celebrar el día y la realización de una festividad anual en la provincia suereña, donde se encuentra la Escuela-Taller y Museo del Larimar.

Declarada piedra nacional en el año 2011, por ser la única pectolita de origen criollo, la piedra azul constituye un símbolo de la identidad, así como un patrimonio cultural dominicano, que se comercializa en zonas turísticas como decoración principal de hermosas joyas femeninas y masculinas.

En honor a Larissa, Méndez bautizó esta piedra del mar

22 de noviembre Día Nacional del Larimar
Piedras de larimar en bruto.

Según las investigaciones y a datos que contiene Wikipedia, en 1916 el párroco de Barahona, sacerdote español Miguel Domingo Fuertes Loren, descubre esta roca azul. El 22 de noviembre del mismo año, solicitó un permiso para explorar y explotar la mina, pero éste fue rechazado ya que en el país no se conocía este tipo de pectolita.2

En 1974 en una playa de la costa de Barahona, Miguel Méndez y Norman Rilling, un voluntario del Cuerpo de Paz, redescubrieron el larimar. Los habitantes de la zona que pensaban que esta roca provenía del mar, la llamaron Roca Azul. Sin embargo, su apelativo actual se lo debemos a Méndez, quien al unir el nombre de su hija, llamada Larissa, y la palabra mar, por los colores del agua del Mar Caribe donde fue encontrada, formó la palabra Lari-Mar. Las pocas rocas que encontraron eran restos que habían sido arrastrados hasta el mar por el Río Bahoruco. Luego de una búsqueda, se encontró el origen de las rocas, que se convirtió en la mina Los Chupaderos. Este lugar es el mismo que había encontrado el sacerdote en 1916.