La procesión de San Antonio en el novenario que culmina el próximo martes. Foto del Centro León.

Santo Domingo, RD.- Si hay elementos que motivan a viajar cada día más a los turistas y a la gente en su mismo país, estos son los culturales. Y la República Dominicana tiene en la fiesta centenaria San Antonio Negro de los hermanos Guillén en Yamasá la mayor expresión autóctona para el turismo cultural dominicano.

Este domingo 11, el domingo más próximo al día de San Antonio de Padua que es el martes 13, lo que ocurrirá en Yamasá no puede ser explicado fácilmente en palabras. Quizás las fotografías y los videos den una idea. Para entenderlo hay que viajar a Yamasá este domingo y vivir la fuerza mística que allí se genera al tener en un solo lugar durante todo un día las expresiones más tradicionales, autóctonas en la música y otras expresiones artísticas, las creencias mágico-religiosas, la gastronomía, de ese sincretismo racial entre taínos, españoles y africanos desde donde se forjó nuestra cultura.

Sin una promoción oficial, la familia Guillén ha logrado motivar a organizaciones culturales de la sociedad civil y el empresariado para promover la fiesta. Así, encontramos todo tipo de excursiones organizadas por touroperadores, gestores culturales, centros de promoción de la cultura y gente motivada y comprometida con la defensa de la identidad dominicana.

Este año en su 113 aniversario,  la fiesta cultural San Antonio Negro de los Hermanos Guillén está dedicada al Distrito Municipal de Chirino y la manifestación de todas sus expresiones culturales.

Entre la santería cristiana y los loases

El altar muestra el sincretismo forjado por años entre las culturas española y africana, con algunos trazos taínos.

San Antonio Negro de los hermanos Guillén en Yamasá se ha convertido en una fiesta de las raíces dominicanas que ha ido integrando cada vez más expresiones de nuestro folclor y de nuestras creencias ancestrales dandole vigencia y convirtiéndose cada vez más en la fiesta natural de mayor atractivo para el turismo cultural.

La fiesta en honor a San Antonio la comenzó la bisabuela de los hoy hermanos Guillén en los llanos montecristeños, migrando por mejor vida hacia Yamasá, pero trayendo consigo en la mudanza, la fe en su santo patrón y en Dios.

Albertina Torres y Jesús María Bonilla migraron de Montecristi a Yamasá  en 1880 y trajeron con ellos la devoción a San Antonio.

Cada año expresaban su devoción a un San Antonio muy particular, no el de los españoles, sino aquel San Antonio Negro que adoptaron los esclavos africanos en la isla mezclando los dioses de sus panteones para hacer creer a los esclavistas que profesaban su fe hasta que hoy día no hay frontera entre ambas fe…total, se trata de un solo Dios y sus ayudantes para todo el universo.

Al morir Albertina, la tradición la continúa la tía Juana Antonia y hoy es la cuarta generación la que mantiene la tradición en los hombros de los hermanos Esteban Antonio, Jesús Antonio, Ramón Antonio y Manuel Antonio Guillén.

Grupo de atabales en la fiesta de San Antonio Negro. Foto Centro León.

Con el tiempo la fiesta San Antonio Negro se ha ido enriqueciendo al recibir cada año la participación de grupos religiosos de distintas partes de la provincia de Monte Plata y de otras regiones del país con sus salves, sus atabales, sus novenas, su decimeros, la bachata, el perico ripiao, los guloyas, expresiones de gagá, jera-pega y todo tipo de expresión del arte popular que va posicionándose a nivel nacional e internacional.