Reportan una oleada histórica de sargazo en México que paraliza las playas de su mar Caribe

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México DF, México. – La temporada de sargazo 2025 se ha convertido en una crisis ambiental y turística sin precedentes para el Caribe mexicano con cantidades histórica del alga cubriendo desde Cancún hasta Tulum y Cozumel.

Los reportes indican que las costas de Quintana Roo enfrentan una invasión masiva de algas que está alterando el ecosistema marino, afectando al sector hotelero, a los pescadores y amenazando la imagen paradisíaca de la región.

Gracias a reportes satelitales del Laboratorio de Oceanografía Óptica de la Universidad del Sur de Florida, se detectó en mayo un total de 37.5 millones de toneladas métricas de sargazo flotando en el Atlántico, la cifra más alta desde 2011. Dentro de esa masa, una franja gigante que avanza hacia las costas quintanarroenses podría representar un arribo superior a 522 000 toneladas, superando el récord máximo registrado en 2018.

Esta invasión ha generado una marea marrón que cubre la superficie del agua, oscureciendo el mar, obstruyendo la entrada de luz solar y elevando la temperatura marina hasta en cinco grados; esto afecta la fotosíntesis de los pastos marinos y corales, esenciales para la biodiversidad y la protección de la línea costera. Adicionalmente, a medida que el sargazo se descompone, libera gas sulfhídrico, responsable de olores nauseabundos y posibles problemas respiratorios.

Del lado terrestre, el impacto es alarmante. Sólo en mayo, brigadas civiles, municipales y navales retiraron más de 1 465 toneladas en Playa del Carmen, Puerto Morelos, Tulum y Cozumel; sin embargo, los trabajos resultan insuficientes frente al avance constante de la marea de algas.

Para frenar el fenómeno, el gobierno estatal ha instalado aproximadamente 9 500 m de barreras flotantes, movilizado once embarcaciones de la Marina y veintidós unidades menores, e implementado tareas de vigilancia en 48 playas. No obstante, el empleo de maquinaria pesada para extraer las algas también provoca erosión en la arena y complica la recuperación de la costa.

Las consecuencias económicas ya se hacen sentir con fuerza. Hoteleros de Puerto Morelos reportan un incremento en cancelaciones, mientras pescadores de Mahahual han visto paralizadas sus actividades. La combinación de playas contaminadas, mal olor y menor atractivo visual desmotiva a los visitantes justo cuando la zona debería estar gozando del auge de la temporada alta.

Ante este panorama, agencias turísticas y autoridades recomiendan a los viajeros consultar los sitios oficiales de monitoreo del sargazo, considerar destinos como Isla Mujeres o Isla Contoy —menos afectados—, y optar por alojamientos equipados con barreras marinas o lagunas interiores que minimicen el contacto con la macroalga. Pese a estas alternativas, algunos turistas están reprogramando fechas o eligiendo otras costas menos expuestas.

Desde el punto de vista científico, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) advierte que el 2025 podría convertirse en el año más severo registrado. Investigadores como Brigitta Ine van Tussenbroek destacan que, en condiciones ideales, el sargazo puede duplicar su biomasa en tan solo cinco días y medio. Asimismo, se señala que la acumulación excesiva de nutrientes procedentes de grandes ríos como el Amazonas y el Orinoco, así como el aumento de la temperatura oceánica, fomentan el crecimiento desmesurado de estas algas.

Para afrontar este desafío, la comunidad científica ha desarrollado tecnologías de detección satelital que permiten anticipar el arribo de mantos de sargazo, favoreciendo la toma de decisiones sobre medidas de contención. Especialistas también exploran alternativas innovadoras como el uso de microorganismos para degradar el sargazo en mar adentro, aunque estas propuestas todavía son objeto de debate por sus posibles efectos secundarios.

El dilema se amplía cuando se considera que bajo las playas cubiertas por sargazo se producen procesos de hipoxia y anoxia, originando enfermedades en la fauna marina y mortalidad de pastos y corales. La pérdida de estos ecosistemas aumenta aún más el riesgo de erosión costera, privando a las playas de su estructura natural protectora.

Ante la magnitud del reto, autoridades y expertos coinciden en la necesidad de políticas públicas integrales, coordinación interinstitucional, inversiones sostenibles y una mayor vigilancia en altamar. Es indispensable combinar estrategias de contención, investigación y desarrollo, para proteger no solo al turismo —motor económico del Caribe mexicano— sino también a los ecosistemas que sostienen su riqueza. La invasión histórica de sargazo en 2025 constituye un llamado urgente a actuar con visión, innovación y compromiso ambiental.

Fuente TSTT

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