Cualquiera que sea su pasión como turista, al recorrer la Ruta de la Fe en los cimientos coloniales de la ciudad de La Vega en el centro del Valle del Cibao en República Dominicana, vivirás una gran experiencia cuasi inmersiva de turismo histórico y religioso en un viaje a los orígenes del cristianismo en el Nuevo Mundo y a los conquistadores que impusieron su fe borrando la de los taínos, sus dioses, su cultura y su pueblo.
Este recorrido te lleva a las primeras ciudades, primeras capillas, primera catedral, primer convento, primera misa cantada, la primera cruz plantada por Cristóbal Colón, el primer taller para acuñar monedas, el mismo Santo Cerro de , los primeros bautizos de indígenas, primeros mártires cristianos, primer obispo y primer obispado levantados al imponerse la colonización fruto del triunfo de los españoles contra los taínos aquel 27 de marzo de 1495 en la llamada «batalla de las flechas, batalla de La Vega Real o Batalla de Jáquimo.
Concepción de La Vega (Ruinas de La Vega Vieja)
La Concepción de La Vega fue una de las tres primeras diócesis del Nuevo Mundo. La historia dominicana relata cómo Cristóbal Colón plantó una cruz en un cerro cercano al fuerte de la Concepción, que durante muchos años fue realizadora de milagros y digna de peregrinaje. El lugar donde Colón colocó la cruz fue conocido con el nombre de Santo Cerro; actualmente es uno de los más importantes lugares de peregrinaje de la República Dominicana que ofrece la Ruta de la Fe dentro del proyecto de turismo cultural y religioso del país.
Ya a principios del siglo XVI, disponía de obispo en catedral, más dos conventos, el fuerte, un edificio que funcionaba como hospital, casa de fundición de monedas y edificios de administración. En 1508 se le dio título de ciudad y en 1512 se erigió como sede del primer obispado establecido en la isla, y en el Nuevo Mundo, siendo su único titular el Doctor Pedro de Deza. Por ella transitaron Fray Bartolomé de Las Casas y Fray Pedro de Córdoba, defensores de los indígenas.
En la Concepción de La Vega fue donde se produjo el primer reparto de indios, a cargo de Rodrigo de Alburquerque, pero también, en su Catedral el 8 de noviembre del 1511, Fray Pedro de Córdova hace la primera defensa cristiana pública a los indígenas. Aquí se estableció el primer Convento de la Orden de las Mercedes, el cual se asoció legendariamente con la Cruz plantada por Colón en el Santo Cerro, dando lugar al nacimiento del culto a dicha advocación mariana en República Dominicana. Esta cruz llegaría a alcanzar una notable fama con el nombre de la Vera Cruz.
Santo Cerro y Santuario Nacional de Las Mercedes
El Santo Cerro tiene su origen como lugar santo de devoción a la Cruz en la hazaña de Cristóbal Colón de plantar allí una cruz de madera de níspero os vías tradicionales que convergen en una sola en el kilómetro 5 de la carretera La Vega-Moca, pudiéndose optar por el Camino de los Misterios Marianos o Santo Rosario, que es el de la derecha, o hacer un giro a la izquierda y tomar el Camino del Viacrucis o Misterios Dolorosos de Cristo. Al llegar al Santo Cerro y tomar su calle principal, nos encontramos con un museo, dedicado a la memoria del Padre Francisco Fantino Falco, santo varón, consagrado hombre de Dios, educador, que ejerció la mayor parte de su apostolado en el Santo Cerro y del cual la Diócesis de La Vega ha iniciado ante la Santa Sede el proceso para su beatificación.
Ni vírgenes, ni flechas, la brutalidad española frente a la ignorancia taína
En esta Ruta de la Fe, de entrada, advertimos tener mente abierta frente a los mitos y leyendas tejidos en torno a los acontecimientos ocurridos en 1495 sobre flechas, indígenas, la Virgen en torno al Santo Cerro. Se referirán a primera batalla entre españoles y taínos conocida como la Batalla de la Vega Real que bien se relata en Historias del Nuevo Mundo que traduce e interpreta las crónicas del Padre Las Casas en su Historia de las Indias.
La Batalla del Santo Cerro o de la Vega Real fue la derrota definitiva del mayor alzamiento de indígenas unidos en una confederación para liberar al mayor líder de la isla, el Cacique Caonabo, apresado en La Isabela.
Guacanagarix habría traicionado a los caciques taínos que se habían unido para atacar de manera unida a los españoles y libear al líder Caonabo preso en La Isabela en Puerto Plata.
Cristóbal Colón, Bartolomé Colóno y Alonso de Ojeta con 200 a 400 hombres y algunos taínos traicioneros seguridores de Guacanagarix salieron al interior de la isla y llegaron al Valle que denominaron de La Vega Real en donde estaba la coalición aborigen.
Pese a ser superiores en número y conocimiento del terreno, los taínos no pudieron contra la sorpresa de aquellas «bestias infernales» desconocidas para ellos. Se trataba de hombres con armaduras, montados a caballos, con arcabuses y sables, pero sobre todo con perros de presa. No conocía de caballos, ni de perros, ni de armadura, ni de arcabuces o pólvora, ni de sables o ballestas. Y mucho menos de una Virgen con la que arengaban a los integrantes de aquel ejército muy devotos de la fe cristiana.
Hay muchas versiones de historiadores que a lo largo de los años se contradicen, pero la única fuente testimonial es la de Fray Bartolomé de las Casas en su relato “Historia de las Indias ”, en el libro I, a partir del capítulo 114 sobre“La Batalla” de la Vega Real: “Teniendo, pues, la gente aparejada y lo demás para la guerra necesario, el Almirante, llevando consigo a D. Bartolomé Colon, su hermano, y al Rey Guacanagarí (no pude saber qué gente llevó de guerra, de sus vasallos), en 24 del mes de Marzo de 1495, salió de la Isabela, y a dos jornadas pequeñas, que son diez leguas como se dijo, entró en la Vega, donde la gente se había juntado mucha, y dijeron que creían había sobre 100.000 hombres juntos. Partió la gente que llevaba con su hermano, el Adelantado, y dieron en ellos por dos partes, y soltando las ballestas y escopetas y los perros bravísimos, y el impetuoso poder de los de caballo con sus lanzas, y los peones con sus espadas, asilos rompieron como si fueran manada de aves; en los cuales no hicieron menos estragos que en un hato de ovejas en su aprisco acorraladas. Fue grande la multitud de gente que los de a caballo alancearon, y los demás, perros y espadas hicieron pedazos; todos los que le plugo tomar a vida, que fue gran multitud, condenaron por esclavos”.
De la Vera Cruz de Colón al Monumento Luz del Mundo
En el mirador del cerro, detrás del ábside de la Iglesia Las Mercedes, se levanta imponente dominando el Valle de la Vega Real el Monumento Luz del Mundo, lugar a donde todo peregrino debe llegar en República Dominicana.
Es una alegoría a la primera Cruz plantada por Cristóbal Colón en el Santo Cerro en el 1495 y que hasta hoy se venera el lugar como el Santo Hoyo dentro del Santuario Nuestra Señora de Las Mercedes.
El monumento Luz del Mundo es una creación de la arquitecta Iris Pérez por iniciativa de la Diócesis de La Vega y del Ministerio de Turismo. Se levanta al tope de la colina sobre una base de 3.3 mts. de piedra coralina y una cruz de 9.9 mts. de altura. A sus lados cuenta la vida de Jesús, la relación con su madre desde la anunciación hasta la resurrección. Resume la fe, el amor, la humildad, la misericordia y la paz y que se yergue como la nueva cruz que marca el destino del peregrino.
Catedral Inmaculada Concepción de La Vega
Esta moderna edificación se convierte cada vez más en un monumento de referencia de la Ciudad la Concepción de La Vega para redescubrir las tradiciones cristianas desde sus orígenes en la Isla. Su arquitectura, la historia que atesora congregan un simbolismo digno de apreciar en este Ruta de la Fe. Su consagración data de febrero de 1992 en la Plaza Duarte sustituyendo el viejo templo y está dentro de los 5 hitos del Sendero de la Fe en La Concepción de La Vega.
Tras sus 15 años de construcción muestra el simbolismo que atesora la edificación con 12 columnatas, 12 puertas, 12 arcadas, 12 vitrales, 12 metros de altura, todo esto en alegoría a las 12 tribus de Israel, a las 12 puertas de la Jerusalén Celestial, los 12 hijos de Jacob y los 12 apóstoles. Su campanario tiene 24 metros de altura, es decir, tres veces doce y posee tres volúmenes representando La Sagrada Familia; en él está fijada una cruz, orientada hacia el Santo Cerro, lugar donde se plantó la primera cruz de América. Las arcadas de tres arcos que se encuentran sobre cada puerta, tanto exterior como interior, rememoran las de la antigua Catedral de La Vega Vieja. Al entrar, la majestuosidad del techo y sus luces nos transportan al libro del Génesis, representando el firmamento con sus estrellas y dos grandes lámparas, que simbolizan el sol y la luna. Al observar el altar central, sentirá la fuerza de la escultura de un Cristo Resucitado a 5 metros de altura. La capilla del Santísimo representa la ballena que se tragó a Jonás y debajo de ella está la cripta donde yacen y yacerán los obispos de esta Diócesis.
Museo Sacro de la Catedral de La Vega
Es una institución sin fines de lucro, perteneciente a la Catedral Inmaculada Concepción que exhibe la colección de bienes que ha atesorado la iglesia vegana.
Aunque en este punto culmina el Sendero de la Fe en La Vega, es el lugar donde podrás observar las reliquias y las obras de arte que testimonian que La Vega encierra los hitos más importantes del inicio de la evangelización en América. Sus exposiciones evidencian que la Concepción de La Vega tuvo el privilegio de recibir los albores de la Evangelización y las primicias del cristianismo en el Nuevo Mundo creado por los europeos.
Recorra las cuatro grandes salas para observar piezas de gran valor arqueológico rescatadas de las ruinas de la Concepción La Vega destruida por el terremoto en el 1562, tales como aquel estribo de Cristóbal Colón con la inscripción que revela que fue de su propiedad. Su objetivo es, además, “difundir la trascendencia de la religión Católica en La Vega y el país, como valor fundamental en la creación de la sociedad dominicana”.
