Santo Domingo, RD. – La reciente escalada del conflicto entre Israel e Irán ha encendido las alarmas en el sensible sector turístico de Medio Oriente, causando estragos que van desde la interrupción masiva de vuelos hasta la cancelación de programas completos de turoperadores, cancelaciones de reservas y caída de la actividad hotelera según se observa en las pocas informaciones que surgen de los países en guerra.
Lo que prometía ser una temporada de recuperación y crecimiento post-pandemia se ha transformado en un escenario de incertidumbre y pérdidas millonarias. En abril pasado, los líderes del turismo y los pioneros de la inversión se reunieron en la inauguración del Arabian Travel Market (ATM) 2025 para destacar el papel crucial de las estrategias de inversión con visión de futuro en la configuración del futuro del turismo en todo el Medio Oriente.
Y es que gobiernos y entidades privadas de toda la región venían trabajado en sinergia para modernizar las redes de transporte, ampliar los aeropuertos y construir hoteles, complejos turísticos y centros de entretenimiento de primer nivel. Estos desarrollos a gran escala han convertido a Oriente Medio en un destino cada vez más accesible para turistas de todo el mundo, facilitando a los viajeros la exploración de todo lo que la región ofrece.
Hoy todo es una tormenta geopolítica que arrasa con lo construido según se concluye tras una revisión de las publicaciones de partes de guerra de ambos países e informes especiales generados a partir de IA Generativa y estadísticas y proyecciones del turismo mundial de varios estudios.
Según datos de aerolíneas, cadenas hoteleras y turoperadores, las reservas han caído drásticamente en destinos clave, mientras que las cancelaciones de vuelos y paquetes vacacionales se multiplican.
Un Golpe Directo a la Aviación Regional y Global
El impacto más inmediato y visible de la tensión geopolítica se ha sentido en el cielo de Medio Oriente. La seguridad aérea se ha vuelto prioritaria, llevando a decisiones drásticas.
Se cerraron los espacios aéreos. Las autoridades de Israel, Irán, Irak y Jordania han impuesto cierres o restricciones significativas en sus respectivos espacios aéreos. Estas medidas buscan salvaguardar la seguridad de las aeronaves civiles ante la imprevisibilidad de las operaciones militares en la región.
El Aeropuerto Internacional Ben Gurion de Israel, el más grande del país, ha suspendido indefinidamente todas sus operaciones civiles. Esta paralización afecta a miles de pasajeros y a decenas de aerolíneas.
Aerolíneas nacionales como El Al (Israel) han suspendido todas sus operaciones hasta nuevo aviso y han extendido las cancelaciones a múltiples destinos internacionales, incluyendo ciudades importantes como Berlín, Barcelona, Tokio, Varsovia, Lisboa, Múnich y populares destinos turísticos griegos como Santorini y Mykonos. Otras aerolíneas internacionales han desviado rutas o cancelado vuelos con destino a la región para evitar las zonas de conflicto según ha reportado Travel And Tour World este lunes.
Varias aerolíneas internacionales han modificado sus rutas para evitar el espacio aéreo de Irán e Israel, lo que ha generado mayores costos operativos y retrasos.
El Grupo Lufthansa (que incluye Austrian Airlines y Swiss) suspendió temporalmente sus vuelos a Tel Aviv y redujo frecuencias a Irán.
Emirates y Qatar Airways, dos de las mayores aerolíneas de la región, han ajustado itinerarios, aunque mantienen operaciones.
«El temor a una escalada mayor ha frenado los viajes de ocio, especialmente de europeos y asiáticos», explicó Tarek Saeed, analista de turismo en Dubái según reportes de agencias.
Esta situación está «rediseñando las rutas de viaje en Oriente Medio, afectando a millones de pasajeros y a cientos de aerolíneas» (Fuente: Travel And Tour World). Las interrupciones son tan severas que los expertos ya advierten sobre «interrupciones prolongadas, ya que las aerolíneas evitan las zonas de conflicto» (Fuente: Travel And Tour World, 14 de junio de 2025).
Reservas Hoteleras en Picada y Turismo Religioso Devastado
El efecto dominó del conflicto no se limita al transporte aéreo. La confianza del viajero se ha desplomado, afectando directamente a la ocupación hotelera y a los programas turísticos:
Se estima que alrededor de 40,000 turistas han quedado varados en Israel tras el inicio de las hostilidades con Irán y el cierre del espacio aéreo, según informó el Ministerio de Turismo israelí. Esto genera un problema logístico y humano masivo, además de un impacto reputacional.
Expertos en la industria turística ya reportan un «descenso del turismo en Oriente Medio, ya que los viajeros optan por destinos más estables debido a la preocupación por la seguridad». Esta preocupación afecta a toda la región, no solo a los países directamente involucrados en el conflicto.
Impacto en el turismo religioso
Uno de los segmentos más afectados es el turismo religioso. El mes de peregrinaciones cristianas, judías y musulmanas ha quedado gravemente comprometido. Los itinerarios hacia ciudades sagradas como Jerusalén, Nazaret, Mashhad y Qom se han reducido drásticamente, con agencias especializadas en turismo espiritual cancelando salidas previstas «hasta nuevo aviso».
Turoperadores en modo crisis
Los turoperadores, que actúan como intermediarios entre los viajeros y los servicios en destino, se encuentran en una situación crítica. De acuerdo con la situación aseguran que se enfrentan a una avalancha de solicitudes de reembolso y reprogramación, lo que implica una carga administrativa y financiera considerable.
Y es que los programas de viaje existentes están siendo reevaluados y muchos han sido suspendidos o cancelados hasta que la situación se estabilice. La incertidumbre sobre la duración y la escalada del conflicto dificulta cualquier planificación a mediano plazo.
Un daño a más largo plazo por el impacto en la confianza del consumidor
Más allá de las cancelaciones inmediatas, el mayor daño es a la confianza del consumidor. La inestabilidad en una región tan turística como Medio Oriente puede disuadir a los viajeros por un periodo prolongado, incluso después de un posible cese al fuego.
Por ejemplo, tras los primeros ataques el viernes pasado, los precios del petróleo se desestabilizaron en el mercado mundial tras subir un 7% el viernes, impulsados por el intercambio de ataques entre Irán e Israel durante el fin de semana, que avivó el temor a un conflicto cada vez mayor en Oriente Próximo y a una interrupción generalizada de las exportaciones de petróleo de la región. El petróleo West Texas Intermediate (WTI), alcanzó los US$ 77,25 por barril; en tanto que el Brent, del Mar del Norte, llegó a US$ 78,20.
Los valores no crecían tan fuertemente desde febrero de 2022. La subida de los precios del petróleo golpearon de una vez las actividades de las líneas aéreas e industrias de turismo provocando la caída de sus acciones en el mercado.
Mientras la diplomacia intensifica sus esfuerzos para contener la violencia, el sector turístico en Medio Oriente permanece en un estado de alerta máxima, a la espera de un posible cese al fuego que permita reactivar las operaciones y, fundamentalmente, restaurar la confianza de los viajeros internacionales. Las proyecciones apuntan a que los daños económicos ya son una realidad innegable.
