Encarna Piñero, madre de 4 hijos, empresaria y runner, es una empresaria española con mucho arraigo en la República Dominicana. De ahí la cantidad de seguidores en este país caribeño y el interés que despiertan sus publicaciones, comentarios, opiniones, tanto en el mundo del turismo, como en otros temas empresariales.
Encarna Piñero es la CEO Chief Executive Officer Grupo Piñero con 14 hoteles Bahía Príncipe en República Dominicana. Su empresa la define como una “apasionada del sector turístico y convencida de la necesidad de un liderazgo transformador que desarrolle las capacidades y el talento de las personas, que le hace estar comprometida con la diversidad, la innovación y la sostenibilidad empresarial”.
Además de liderar las empresas con más de 14, 000 empleados, es madre y protagonistas de mil historias que desprenden enseñanzas aleccionadoras.
De ahí compartir un espacio de la entrevista que Encarna Piñero concediera a Telva, destacada publicación española orientada al público femenino.
Además de jefa de 14,000 personas, eres madre de cuatro chicos. ¿Cómo haces para llegar a todo?
Hubo momentos de la crianza, cuando los niños eran pequeños, en los que sabía que no podía estar al 200% en el trabajo. Y a pesar de que siempre he contado con ayuda en casa, he tenido mis crisis… Periodos en los que le decía a mi marido, que también trabaja en la compañía, me voy yo de viaje, te quedas tú. Recuerdo haber est
ado conectada en remoto con alguno de mis hijos haciendo trabajos del cole, o en el dentista con otro y con el pinganillo en una reunión importantísima. Cuando en 2020 cumplí 50 años, decidí que tenía que hacer algo para mí, un regalo. Entonces le dije a Xavi, mi entrenador personal con el que llevo 15 años trabajando, que quería prepararme para la Maratón de Nueva York. Él se lo tomó a broma hasta que me vio con el dorsal.
No pudimos participar por el Covid, pero me apunté a la carrera de Barcelona y, como nos salió tan bien, dijimos: ahora a la de Roma. A los 26 kilómetros de empezar me dolía el estómago, el reloj no me funcionaba, quería abandonar… pero seguir me sirvió para entender que al final la maratón como la vida es un camino en el que hay muchos factores externos que pueden hacerte cortocircuitar. Pero tener la mirada puesta en la meta, te obliga a resetearte y a trazar una nueva estrategia. Una lección de vida que después me ha servido cuando he tenido cualquier problema en la empresa. Publicación original y completa de Telva.com
