Septiembre es especial dentro de las advocaciones marianas en República Dominicana por lo que debe armar una escapada religiosa a la Catedral Inmaculada Concepción de la Vega en el mes de Las Mercedes y palmar su historia, su majestuosidad y el misticismo que lograron combinar los arquitectos en su construcción.

Vista panorámica frontal de la Catedral Inmaculada Concepción de La Vega.

Al visitar este templo estará pisando la heredad de la primara catedral del Nuevo Mundo que se fundó en 1511, de cuya primacía solo quedan ruinas en lo que se denomina La Vega Vieja, donde yacen los muros de lo que fue la verdadera catedral primada del Nuevo Mundo.

La majestuosidad de este templo encierra el espíritu y la magia del viejo templo que se levantó en 1900 y se demolió en 1974.  Atesora el recuerdo de la vieja iglesia de madera de arquitectura victoriana que sirvió a la fe de generaciones de veganos hasta que en 1977 comenzara a construirse el nuevo y ambicioso proyecto que culmina en febrero de 1992.

Donde se levanta esta gran obra arquitectónica es justo el lugar que escogieron los españoles en 1562 para fundar la nueva ciudad destruida por un terremoto porque allí funcionaba una pequeña capilla de madera y paja dedicada a San Sebastián Mártir.

César Arturo Abreu: la visión de futuro del pueblo vegano

Al decir del historiador César Arturo Abreu, la Catedral Inmaculada Concepción de la Vega representa la fe y la visión de futuro del pueblo vegano.

Si realizas una escapada religiosa a la Catedral Inmaculada Concepción de La Vega verás que el templo es toda una alegoría bíblica. Tiene en su exterior doce columnas cilíndricas, doce puertas, doce vitrales, doce pórticos, que simbolizan los doce apóstoles, las doce tribus de Israel, los doce hijos de Jacobo, las doce puertas de Jerusalén.

Su campanario mide 24 metros, dos veces doce y lo constituye tres cuerpos que es la Sagrada Familia y coronándolo está la Cruz que no mira hacia el Este sino al Santo Cerro donde se plantó la primera cruz cristiana de América.

Lo describe como un “templo sobrio, austero y gris que refleja solidez e inspira protección. Por dentro refleja la alegría de salvación, luces y reflejos, movimiento para el alma que aspira a reflejar la dignidad del Creador y ser espacio propicio para provocar un reencuentro con Él” parafraseando al arquitecto Pedro Mena citado de un documento inédito del autor por Virginia Flores Sasso y Esteban Prieto Vicioso en la obra Un Pueblo Unido por la Fe. Espacios de Devoción, auspiciado por el Banco Popular Dominicano.

La maravilla del templo por dentro entre lo masónico y lo cristiano

Desde que pisa la entrada observará la magia de los elementos que combinaron los arquitectos como alegoría al Génesis de la Biblia, a la creación. Al fondo el Sol alumbra al altar mayor, está la luna y llenando el espacio hacia el techo, las estrellas. En el altar principal resalta enorme escultura de un Cristo Resucitado, una de las pocas que existen en el país.

El piso del templo y del altar tienen mármol de Carrara que se rescató del viejo templo como una manera de vincular ambos templos, tal como lo hace la Pila Bautismal que también se conservó y se instaló en la nueva Catedral junto con la campaña principal del viejo templo.

Si mira hacia la izquierda verán una columna con una cruz invertida, es el Pilar de la Iglesia, el Pilar de San Pedro con la cruz inversa como él pidió que lo crucificar al revés porque no era digno de que lo crucificaran como a Cristo y en el pilar se observa la llave, la llave del Cielo que cuida San Pedro.

Otra columna con la cruz, un hacha, una cadena y una pluma, simbolizando el Pilar de San Pablo, el prisionero de Cristo, a quien decapitaron, el que escribió las cartas bíblicas más sobresalientes.

A la derecha del Altar de la Catedral Inmaculada Concepción de la Vega está la escultura de La Virgen de la Inmaculada Concepción del destacado artista dominicano Manuel Estrella que la muestra coronada por doce estrellas con su manto azul celestre sobre la esfera terrestre y una media Luna, pisando a la serpiente o dragón que es el Diablo que lleva en la boca la manzana que hizo caer en la tentación a Adán y Eva, de manera que la Virgen aparece como exenta del pecado original.

La Capilla del Santísimo recrea el pasaje bíblico de Jonás y la ballena. Son de las experiencias extraordinarias que vivirás en una escapada religiosa a la Catedral Inmaculada Concepción de La Vega. La capilla simula la barriga de la ballena y al mirar hacia arriba la arquitectura muestra la boca del cetáceo y su espiráculo o agujero en la parte superior de la cabeza por donde toma aire y bota chorros de agua. El profeta desobedece a Dios, lo arrojan de un barco al mar y es tragado por una ballena de donde luego sale y va a predicar a Nínive.

Una puerta en el piso conduce a un sótano con las tumbas para los obispos, los representantes directos de los doce apóstoles. En el lugar solo está enterrado Monseñor Panal, (Francisco Panal Ramírez) pero resaltan dos cenotafios o tumbas vacías, en espera de los cuerpos de dos figuras históricas que pidieron ser enterrados en La Vega. Cristóbal Colón, que pidió ser enterrado en la Concepción de La Vega que él fundó, y espera los restos de Pedro Suarez de Deza, el primer obispo que tuvo La Española que fue el primer obispo de la antigua ciudad de La Concepción de La Vega. Sus restos aún no han sido identificados pero su tumba espera por ellos.  Hay más tumbas para el descanso final de los demás obispos de La Vega.

Entre la Catedral y el Museo Sacro, la primera bandera dominicana

Viejo local de la Gobernación en la ocupación haitiana
Viejo local de la Gobernación en la ocupación haitiana 1822 a 1844. En primer plano el historiador César Arturo Abreu mientras conversaba con el redactor.

Entre el templo de la Catedral y el Museo Sacro aunque en pié está el viejo edificio del ayuntamiento de La Vega durante la ocupación haitiana. Allí se izó la primera bandera dominicana en el Cibao tejida por las señoritas Villa pues fue la La Vega la primera ciudad en el Cibao en proclamar su adhesión a la Independencia.

Como dato curioso y muestra del espíritu cívico de los veganos, quien iza la bandera es el teniente haitiano Filimón, quien pidió que le concedieran el honor ya que se consideraba un dominicano.

Un corazón enterrado en el hoy Parque Duarte de La Vega

El Palacio de la Sangre, destruido por un terremoto, era la sede del gobierno haitiano local y allí vivía Plácido Lebrón, gobernador, que quiso mucho a La Vega, casó con una vegana, empedró las primeras calles y, aunque murió en Santiago, quiso que su corazón estuviera enterrado en La Vega, así que su corazón fue traído en una caja de metal y lo enterraron debajo de la glorieta. Cuando remodelaron el Parque Duarte encontraron la cajita y volvieron a colocarla en su lugar.

En las calles de La Vega se ha tejido la leyenda urbana de que en noches oscuras en el parque Duarte se escucha una voz pidiendo desde ultratumba le devuelvan un corazón.

Al salir de la Catedral debe hacer una visita al Museo Sacro de La Vega pasando el Parque Duarte.

El Museo Sacro de la Concepción de La Vega es un punto de referencia en La Ruta de la Fe.