Entró el verano y con él llegan las amenazas de los ciclones, así que ahora que está todo despejado es tiempo de escaparse a disfrutar de las más tranquilas playas de la mejor isla de República Dominicana, La Saona.

Es como nuestra isla encantada de las mil historias, sin los personajes de Mate y Pocho, pero de mil emocionantes aventuras. En nuestro caso, es como una solitaria Galápagos en medio del Caribe para explorar playas vírgenes y disfrutar de los encantos de las excursiones en República Dominicana.

Salvando las distancias del proceso evolutivo, nuestra Nueva Zelanda, la Adamanay que atesoraron los indígenas, la Bella Savonesa de los españoles conquistadores. Es un espacio de la naturaleza dominicana que aún casi sigue virgen protegida para el turismo dentro de los límites del Parque Nacional Cotubanamá.

Es la más grande entre las islas que bordean la Española. Sus 110 km2 encierran una de las reservas ecológicas más importantes de la República Dominicana. Un santuario para las especies de aves migratorias. Se han documentado 112 especies de aves , 8 endémicas de la isla y 11 del área del Caribe.

Si toma una de las excursiones a La Saona, descubrirá espectaculares arrecifes coralinos dignos para realizar snorkeling. En sus lagunas costeras y sus playas se han documentado 40 especies de peces, 10 de corales y 124 de moluscos. Es que una excursión a la Isla Saona te permitirá estar más cerca de la naturaleza.

Los yacimientos arqueológicos en sus diferentes cavernas cuentan la historia precolombina, aquellas costumbres taínas.

Un lugar obligado a visitar es la cueva Cotubanamá, en honor al cacique taíno jefe del cacicazgo Higüey. Cuando fue derrotado por los españoles, se refugió en esa caverna, luego apresado y ahorcado en Santo Domingo. Como naturaleza de los coloniadores, la pena a sus seguidores fue la esclavitud.

La Saona resguarda otro secreto. En sus playas de arenas limpias y sus aguas transparentes desovan las tortugas boba, verde, laúd y carey anidan en las tranquilas playas de la isla porque es un destino de turismo que permite estar más cerca de la naturaleza.

Un poco de historia de la Isla Saona

Adamanay fue el nombre dado a esta isla por los indígenas taínos. Cristóbal Colón pisó el suelo de la isla por primera vez el 14 de septiembre de 1494 durante su segundo viaje, y la nombró Bella Savonesa en honor al savonés Miguel da Cuneo (Miguel da Cunio), quien advirtió que se trataba de una isla independiente de la entonces ya nombrada La Española.

Durante la dictadura de Trujillo entre 1930 y 1961 fue territorio del dictador y su familia explotó de manera inmisericorde los cocoteros y bosques madereros.

El 16 de septiembre de 1975 el Estado crea el Parque Nacional del Este, hoy Parque Nacional Cotubanamá.

La isla se utilizó también como un coto de caza, punto de crianza extensiva de ganado y lugar para desterrar a los disidentes políticos del régimen del dictador.

Un lugar ideal para excursiones

 

A pesar de la huella de los que se aventuraron a fundar allí a Mano Juan, ese pequeño pobladito de pescadores, la Saona sigue siendo la gran aventura por descubrir de dominicanos y de turistas atraídos por aquel territorio de bosques y hermosas playas de aguas cristalinas y arenas blancas protegidas por el  Parque Nacional del Este, o Parque Nacional Cotubanamá.

La excursión a la Saona es una de las más vendidas en La Romana, en Punta Cana, Bávaro y demás zonas hoteleras del Este del país. Casi todas parten desde Bayahíbe.

En catamarán y lanchas rápidas se bordea parte del canal marino llamado Catuano que la separa de tierra firme. Algunas escapadas llegan hasta Mano Juan, único asentamiento humano, un poblado de pescadores en el que resaltan sus casas de madera de llamativos colores.

Otras excursiones llegan hasta playa Catuano, una hermoso lugar de la isla en el que se levanta un destacamento de la Armada dominicana que no rompe la quietud del lugar.

La Isla Saona atrae diariamente cerca de tres mil turistas. Vienen de hoteles de Bávaro, de hoteles de Punta Cana, de hoteles de La Romana, turistas que vienen hasta de hoteles de Puerto Plata o de hoteles de Santo Domingo. Los hay que vienen desde los hoteles de Samaná.

Una parada obligada en Bayahibe

Una visita a Saona debe incluir un paseo por el corazón de Bayahibe, compartir con su gente, admirar sus típicas viviendas, los talleres de artesanía, disfrutar de sus manantiales naturales que forman ojos de agua dulce en el mismo parque central.

Igual puede incluir una excursión al sendero ecológico Padre Nuestro hasta los yacimientos arqueológicos, y si lo suyo es el buceo, tiene el museo marino Capitan Kid y los restos de los buques “Cara Merchant” y el “Saint George” próximo a Isla Catalina, otro lugar interesante para visitar en el destino turístico Romana-Bayahibe al este de República Dominicana.